
Convertirme en soplo de aire para atravesar la distancia,
en partícula de agua de este ancho océano que nos separa,
llegar a tu orilla en forma de ola,
bañar con gotas de rocío fresco
las flores que hoy crecen sobre tus restos.
Sobre las piedras negras dejar la huella invisible,
sólo a tu vista, de mi paso errante por tu recuerdo.
Agitar una a una las campanas, en melodiosa armonía,
atravesar los cristales coloridos de tus botellas,
cobrar vida en los mascarones, sentarme,
con mi cabeza apoyada en tu regazo,
en silencio, con sólo el murmullo atronador del oleaje.
Echarme en la arena, diluirme en la marea.
Envolver el aire con el sonido de tus palabras.
Buscar en el refugio, tu refugio.
Volver a renacer.
Fotografía: ©Marita Costa