Yo ya no busco,
no quiero hombres que me atrapen en su ego.
Yo busco ahora uno que sea la calma.
Que no tenga que sentir
que el mundo se acaba sólo en él.
Sólo quiero un hombre, sencillo y cálido.
Un hombre que no esté en la vidriera de la vida,
uno que en el refugio de la noche
me lleve por los mares de placer
y en las tardes, me tome la mano
para remontar juntos el camino de regreso.
Quiero un hombre que en las mañanas me sirva la luz.
Un hombre que con sólo mirarlo
sepa que le digo que lo amo.
Un hombre que cuando pase a mi lado me ame.
Un hombre al que no necesite explicarle,
que la nube de tristeza
que empaña mis ojos cansados,
no es por él, sino por el pasado.
Por los acantilados rocosos
de Faros en el Fin del Mundo.
Busco un hombre, quizás ya no lo encuentre.
Quizás haya llegado tarde.
Pero no renunciaré a un hombre, que me ame.
Fotografía: ILYA RASHAP
no quiero hombres que me atrapen en su ego.
Yo busco ahora uno que sea la calma.
Que no tenga que sentir
que el mundo se acaba sólo en él.
Sólo quiero un hombre, sencillo y cálido.
Un hombre que no esté en la vidriera de la vida,
uno que en el refugio de la noche
me lleve por los mares de placer
y en las tardes, me tome la mano
para remontar juntos el camino de regreso.
Quiero un hombre que en las mañanas me sirva la luz.
Un hombre que con sólo mirarlo
sepa que le digo que lo amo.
Un hombre que cuando pase a mi lado me ame.
Un hombre al que no necesite explicarle,
que la nube de tristeza
que empaña mis ojos cansados,
no es por él, sino por el pasado.
Por los acantilados rocosos
de Faros en el Fin del Mundo.
Busco un hombre, quizás ya no lo encuentre.
Quizás haya llegado tarde.
Pero no renunciaré a un hombre, que me ame.
Fotografía: ILYA RASHAP
No hay comentarios:
Publicar un comentario